LOS
PROFETAS DE LA PROSPERIDAD
Todos hemos asistido, alguna vez, a una conferencia sobre prosperidad. Y, aunque unas poquísimas de ellas resultan inteligentes, la mayoría son efectistas, superficiales y anodinas. Recién asistí, por razones de protocolo social, a la última de estas presentaciones. Y me encontré con el lugar común de todas: vivimos el mejor de los mundos conocidos en la historia. A fe que a este último orador le acompañaban, aparte de notables dosis de locuacidad y narcisismo, un acervo agobiante de datos para sustentarlo. Pero tiene uno que estar muy mal informado, y especialmente marcar muy bajo en la escala de pensamiento crítico, para quedar hechizado, por celebrity que sea el personaje.
Intentemos un sencillo y pedagógico paralelismo de datos, los dichos con los omitidos, para concluir al final.
Dato 1:
La riqueza mundial es hoy la mayor conocida en la historia. De acuerdo. Dato cuantitativo. Pero es igualmente cierto que la desigualdad ha venido a ritmo creciente (ver tendencias del coeficiente Gini a nivel mundial)[1]. Dato cualitativo. Así lo consigna un informe de 2022: “El 10% más rico de la población mundial recibe actualmente el 52 % del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana el 8,5 %”[2]. Y hay muchísimos más datos demoledores: “las investigaciones del Banco Mundial revelan que tan solo el 8 % de la población mundial vive en países con un nivel de desigualdad bajo” y “si no se adoptan medidas políticas urgentes para revertir esta preocupante tendencia, es prácticamente seguro que la desigualdad económica seguirá aumentando en el 90 % de los países” son evidencias halladas en una rigurosa investigación de Oxfam International de 2025[3]. Me pregunto: ¿si no es para generar bienestar colectivo, la riqueza para qué?
Dato 2:
La tasa de cobertura educativa es la más alta alcanzada en la historia. De acuerdo. Dato cuantitativo. Pero es igualmente cierto que la calidad de la misma ha venido declinando de manera dramática. Dato cualitativo. Dos evidencias al respecto: a) “Según los resultados de las pruebas del Icfes en 2024, solo el 61% de los bachilleres en el departamento (Antioquia) alcanzó las competencias mínimas en lectura”[4], es decir, el 39 % son analfabetas funcionales, al terminar su educación secundaria y así llegarán a la universidad; nuestra sociedad ya ha empezado a producir analfabetas titulados; b) “Desde 1970 a 2009, no hemos ganado cociente intelectual, sino que lo hemos perdido”[5], concluyó un grupo de investigadores noruegos recientemente. Lo cual significa que, por primera vez, se invierte el llamado efecto Flynn, es decir, el coeficiente intelectual de la humanidad ha empezado a declinar, irónicamente en la época de mayor prosperidad económica y tecnológica. Sospecho que sea la causa de que las conferencias de prosperidad ya produzcan tanto hechizo en la población. Me pregunto: ¿si no es para lograr una población más inteligente, crítica y sabia, para qué más educación?
Dato 3:
La capacidad de producción es la más alta conocida, gracias a la tecnología. De acuerdo. Dato cuantitativo. Con los altibajos que representaron el crac de 2008 y el coronavirus de diciembre-2019 a mayo-2023, la productividad, dato un poco más cualitativo, se ha multiplicado por un factor cercano a 3 en los últimos 50 años[6]. De otro lado, vemos cómo crecen fenómenos como la informalidad y el trabajo precario. Datos cualitativos. Dos ejemplos bastan: a) la informalidad: según el Dane (Colombia), “Para el total nacional, en el trimestre enero-marzo 2025, la proporción de personas ocupadas informales fue 57,2”[7]; b) la precariedad, o lo que ya denominan precariado (Guy Standing) o cognitariado (Franco Berardi): “La inteligencia artificial no está acabando con el trabajo: lo está transformando, fragmentando y, lo que es mucho peor, precarizando”[8]; y ya, “según estimaciones del Banco Mundial, entre el 4,4 % y el 12,5 % de la fuerza laboral mundial” son la nueva masa precaria al servicio de las nuevas tecnologías, con salarios de US$ 2 o menos[9] y sin seguridad social ni prestaciones sociales, cifras estas en ascenso rapidísimo; se configura así lo que ya los economistas denominan la economía gig, la precariedad institucionalizada[10]. Si desea vivenciar lo anterior, mire el documental Les sacrifiés de l’IA[11]. Y, si no lo encuentra suficiente, anotemos que Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial estiman que “casi 50 millones de personas, o una de cada 150 en todo el mundo, se encuentran en situaciones de esclavitud moderna”[12], la cifra más alta conocida en la historia de la humanidad. Me pregunto: ¿si no es para mejorar la calidad de vida, para qué la tecnología?
Dato 4:
La situación planetaria, frente a la que los profetas de la prosperidad prefieren callar. Pero vale recordarles algunos datos que ya resultan seriamente preocupantes:§ Siete de los nueve límites planetarios absolutos ya han sido sobrepasados, por razones totalmente antropogénicas, colocándonos en situación global de riesgo[13], como jamás habíamos estado en la historia.
“La Organización Meteorológica Mundial confirma que 2024 fue el año más cálido jamás registrado, al superar en cerca de 1,55 °C los niveles preindustriales”[14], informa la OMM, es decir, excediendo de manera anticipada el máximo fijado por el Acuerdo de París para 2050. Las consecuencias del cambio climático ya se cuentan en muertos, lo cual lo coloca por encima de la terquedad de los negacionistas.
Y podría abundar en datos hasta la fatiga: la sexta extinción masiva de especies, el agotamiento de los suelos, la pérdida inclemente de bosques, la inevitable crisis hídrica que ya empezamos a vivir… En este blog, abundan los datos al respecto. Y ello, sin abordar el polvorín social que ya es el panorama contemporáneo cotidiano.
En conclusión:
Sí. Como predican los profetas de la prosperidad: tenemos el mejor de los mundos de toda la historia. Al servicio y disfrute de una élite cada vez más pequeña, poderosa y rica, y funcionando sobre un planeta a punto de colapsar, como consecuencia de un modelo económico voraz, que se ha fundamentado en la maximización de rendimientos, al servicio de esas élites. Como bien presiente David Rennie, editor de geopolítica de The Economist: “un modelo entero de sociedad está empezando a desvanecerse”[15]. ¡Salud y corta vida a los profetas de la prosperidad!
Ramiro Restrepo González
Octubre de 2025
[3] Oxfam
International. El saqueo continúa: pobreza y desigualdad extrema, la
herencia del colonialismo. Oxfam: 2025. Ver ACÁ.
[4] Betancur,
J. 4 de cada 10 bachilleres en Antioquia se raja en lectura. El
Colombiano, octubre 14 de 2025. Ver ACÁ.
[5] Pastor,
J. Adiós al efecto Flynn: nos estamos volviendo más tontos, no más listos.
Xatata: junio 17 de 2018. Ver ACÁ.
[7] Dane.
Ocupación Informal: Trimestre enero-marzo 2025. Boletín Técnico: mayo 12
de 2025. Ver ACÁ.
[9] El
salario mínimo legal en Colombia es hoy de $ 1.423.500.oo/mes (US$ 1.77) más
prestaciones sociales y seguridad social; en los EE. UU. el salario mínimo
legal federal es de US$ 7,25/hora.
[10] PNUD.
¿Nuevas oportunidades o prosperidad precaria?: las dos caras de la economía gig
en América Latina. Naciones Unidas: septiembre 3 de 2025. Ver ACÁ.

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