Concuerdo con quienes piensan que fue sorpresivo, inesperado y prematuro el PREMIO NOBEL DE PAZ concedido este mes al Presidente Obama. No concuerdo con quienes opinan que es inmerecido, absurdo e ilegítimo. Y tengo muchas razones para pensar así:
1. En su discurso de posesión dijo: “Utilizaremos el sol, el viento y la tierra para alimentar a nuestros automóviles y hacer funcionar nuestras fábricas”, y acto seguido nombró a Steven Chu, premio nobel de física 2007, para presidir la Secretaría de Energía. ¿No es eso clara muestra de que se puede ser visionario y coherente al tiempo?
2. En su discurso de posesión dijo: “Hoy hemos venido a proclamar el fin de las quejas mezquinas y las falsas promesas, de las recriminaciones y los dogmas caducos que durante demasiado tiempo han estrangulado a nuestra política”. Y acto seguido anunció el fin de la prisión de Guantánamo que está en curso de materializarse, por encima de las trabas burocráticas y leguleyas.
3. En su discurso de posesión dijo: “La cuestión para nosotros tampoco es si el mercado es una fuerza del bien o del mal. Su poder para generar riqueza y expandir la libertad no tiene rival, pero esta crisis nos ha recordado a todos que sin vigilancia, el mercado puede descontrolarse y que una nación no puede prosperar durante mucho tiempo si favorece sólo a los ricos”. Y acto seguido, además de reforzar el salvavidas financiero que el señor Bush le había lanzado al sistema financiero norteamericano, introdujo en el Congreso la más agresiva propuesta de reforma al sistema financiero norteamericano, para blindarlo de futuras crisis. Esta reforma sigue ahora su curso.
4. En su discurso de posesión dijo: “Con viejos amigos y antiguos contrincantes, trabajaremos sin descanso para reducir la amenaza nuclear y hacer retroceder el fantasma de un planeta que se calienta”. Y acto seguido introdujo en el Congreso la formulación de lo que denominó “una nueva economía de la energía” y firmó varias órdenes ejecutivas que reactivaban las restricciones ambientales que el señor Bush había levantado a la industria automotriz americana. Así mismo, bajo su propuesta, la ONU acaba de aprobar la Resolución No. 1887, mediante la cual se adopta globalmente una directriz para avanzar hacia el desarme nuclear total y real.
Podría seguir enumerando palabras y hechos que reflejan una refrescante y esperanzadora visión de un nuevo orden mundial encarnado con soltura y determinación por el señor Obama. En este sentido, han pasado pocos meses ciertamente, pero han ocurrido cosas muy significativas que, no me cabe duda, cambiarán el rumbo y harán renacer la esperanza. Por todo esto, pienso que al señor Obama le han otorgado realmente EL NOBEL DE LA ESPERANZA. Y vaya si lo estábamos necesitando, porque la violencia es hija de la desesperanza de los pueblos.
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