domingo, 30 de noviembre de 2008

¿EL FINAL DEL ASISTENCIALISMO?

Cuando se afirma que el actual concepto de responsabilidad social deja atrás todos los esquemas filantrópicos, por lo menos aquellos filantrópicos de tipo humanitario, no estratégicos, surge pronto la pregunta: ¿Estamos entonces en el final del asistencialismo?

Mi respuesta propone, en primer lugar, que diferenciemos dos conceptos, a partir de ahora: la asistencia humanitaria o social y el asistencialismo. Hecha esta diferenciación, puedo concretar otras dos respuestas:

1. El asistencialismo, como círculo vicioso de la asistencia, generador de dependencia, debe desaparecer cuanto antes. Es un perverso mecanismo, cuya única “virtud” consiste en ser el más eficiente mecanismo de reproducción de la vulnerabilidad y la pobreza.

2. La asistencia humanitaria, por el contrario, jamás desaparecerá, aún en las sociedades más desarrolladas.

Un símil puede ayudarnos: los primeros auxilios o la atención de urgencias en salud. Jamás verá la gestión de la salud desaparecer estos conceptos. Pero resulta evidente que un paciente, que jamás supere esta fase, jamás llegará a ser un paciente sano.

Digamos pues que la asistencia es una solución de entrada, aplicable a situaciones de precariedad extrema, pero que debe conducir luego a estadios superiores de solución institucional o autogestionaria.

En este contexto, la asistencia se libera de excesos y puede erigirse como la más depurada expresión de la solidaridad humana.

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