¿MEMORIAS SIN RECUERDOS?:
UNA CURIOSA FORMA DE USAR LA GRI-4
El marco metodológico de la Global Reporting Initiative, más
conocido como la GRI-4, es el estándar más reconocido internacionalmente para
producir las llamadas Memorias de Sostenibilidad de las organizaciones. Su
historia ya acumula 18 años de aprendizaje y madurez, y personalmente la
encuentro estupenda.
Lo que me viene preocupando sobre este estándar no está en
el estándar mismo, sin embargo, sino en el uso que de él vienen haciendo muchas
organizaciones. En fin de cuentas, es lo que ocurre con todos los recursos a
disposición del hombre. La dinamita, por ejemplo, fue un extraordinario
desarrollo que, en manos o con usos inadecuados, ya sabemos lo que produce.
Observo con preocupante frecuencia que la primer iniciativa
que toman algunas organizaciones, en materia de responsabilidad social y
sostenibilidad, es la de elaborar su primera memoria de sostenibilidad bajo
estándar GRI. Parecería una buena idea, pero no lo es.
El proceso que siguen es simple:
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Conforman un equipo interno
§
Contratan a un asesor externo
§
Toman y siguen linealmente el marco GRI; y, de
esa manera, van demandando información a las diferentes áreas, en un proceso
similar al que ahora vemos con multitud de aficionados llenando el álbum del
mundial de fútbol: allí donde no consiguen la correspondiente laminita
(calquita, cromo, o como se use, según la región), pues sencillamente dejan el
espacio en blanco; en el caso de las memorias, pues simplemente no reportan.
§
Al final, publican pomposamente su primera
memoria de sostenibilidad, con la información que lograron reunir.
Si así condujéramos todos los procesos de las
organizaciones, ninguna habría escapado a la quiebra, sin lugar a dudas.
En efecto, podrá observarse que, en un proceso así
desarrollado, no se cumplen los más elementales requisitos de un PHVA. En
efecto:
§
No ha habido un proceso de planificación (P) con
enfoque responsable y sostenible. Es decir, no se ha hecho un diagnóstico
inicial, para trazar una línea base; no se han definido objetivos y metas de
RS/Sostenibilidad para el período; no se han formulado planes y proyectos para
operacionalizar dichos objetivos y metas,…
§
No se ha hecho una ejecución (H) alineada con
dicha planificación. Es decir, no se han asociado indicadores a dichos
objetivos y metas; no se han rediseñado políticas, procesos, productos, etc.,
para adecuarlos a los objetivos y metas,…
§
No se ha hecho un seguimiento (V) periódico,
para evaluar desviaciones (positivas o negativas) de los objetivos y metas
trazados, y poder así adoptar correctivos oportunos.
§
Y, finalmente, no es posible hablar de que la
Memoria de Sostenibilidad viene a cerrar el ciclo (A), para iniciar otro nuevo.
Que, habiendo hecho todo lo anterior, en este punto, ahí sí, produciríamos una
memoria que recogería todos los logros y desfases registrados en el período.
Como se ve, por un lado, la organización ha seguido su
curso, basándose en sus sistemas de gestión tradicionales. Y, por otro lado, ha
producido una memoria de sostenibilidad, totalmente desconectada de su sistema
de gestión.
Es algo así como si, a la hora de gestionar los procesos
financieros y contables de una organización, en un período dado, empezáramos
por producir un estado de resultados (balance, P&G, etc.) de dicho período,
sin antes haber hecho una adecuada planeación financiera (P) para el período;
luego, una adecuada ejecución de costos, gastos y cuentas (H); un buen
seguimiento periódico (V), para corregir desviaciones en la ejecución
presupuestal; y, finalmente, ahora sí, hacer un cierre contable y producir un
estado de resultados que nos permita evidenciar el éxito, total o relativo, de
nuestro ejercicio económico. Cubierto así, todo el proceso contable y
financiero de una organización, los estados de resultados se convierten en una
valiosísima herramienta de gestión, para tomar diversas decisiones (A) sobre
diversos asuntos: productos, personal, inversiones, proyectos, expansión,
cierres, etc.
Producir memorias de sostenibilidad en el contexto de
gestión descrito tiene serios riesgos de los que es bueno alertar:
§
Resulta ser una mera publicación, lejos de lo
que debería ser: una herramienta de gestión para la toma de decisiones, tanto
por parte de la organización misma, como de sus partes interesadas.
§
Quedan, entonces, como publicaciones inocuas, de
las que sólo derivan beneficios los consultores y los editores, sin que sirvan
para producir transformaciones en las organizaciones, sus sistemas de gestión y
sus entornos. Como decía sobre los códigos de ética el Profesor Josep María
Lozano, de la ESADE Business School, “cuando son documentos desconectados de la
estrategia, de la gestión, del sistema de incentivos y del modelo de
indicadores, me parecen una candorosa manera de perder el tiempo y el dinero” (Boletín
IARSE, No. 168, Febrero 9-2010).
§
Por supuesto que un proceso, así conducido,
siempre encontrará material “suficiente” para armar una memoria de
sostenibilidad y pasar el examen de lectores incautos. En efecto, absolutamente
ninguna organización parte de ceros en materia de RS/Sostenibilidad. Pero un ejercicio,
así conducido, invariablemente producirá una serie de datos aislados, dispersos,
aleatorios y de frágil permanencia en el tiempo.
§
Obviamente, si yo sólo voy a presentar las
laminitas del álbum que logré recolectar, no se notarán los vacíos. Es la razón
básica por la que las memorias de sostenibilidad sólo contienen datos
positivos; y sólo excepcionalmente negativos. Y esto es precisamente lo que
constituye la más grande debilidad de tales memorias, según lo han evidenciado
estudios de la misma Global Reporting Initiative. Sólo un proceso integral
contable y financiero puede conducir a evidenciar desfases que sea necesario
corregir, incluso con decisiones de cierre de unidades de negocio completas.
Sólo un proceso integral de gestión responsable y sostenible puede producir
memorias de sostenibilidad balanceadas y creíbles. Lo demás no pasará de ser
retórica corporativa.
§
Una memoria de sostenibilidad producida así,
traída de los cabellos, pone al descubierto que los principios de la
responsabilidad social y el desarrollo sostenible no son aún el eje de la
gestión integral de la respectiva organización y no forman parte de su ADN de
negocios, por lo que dichas memorias permanecerán como esfuerzos epidérmicos y generalmente
efímeros, que poco bien le hacen a la causa de la sostenibilidad organizacional
y mundial.
§
Y, por último, una memoria de sostenibilidad así
construida no cumple casi ninguno de los 10 principios de calidad y contenido
que contempla la misma GRI (páginas 9 a 17 del Manual de Aplicación). Veamos:
Principio 1 (P1): Participación de los Grupos de Interés: parcialmente
cumplible. Lo máximo que logran es identificar estos grupos, y ello como
ejercicio formal sin implicaciones prácticas de gestión; cómo lo reportado
responda a las expectativas y necesidades de estos grupos de interés, será algo
sin respuesta posible, toda vez que no ha habido un proceso de caracterización
de stakeholders y de diálogo y
consulta con ellos.
P2: Contexto de Sostenibilidad: incumplible, toda vez que no se ha
partido de un ejercicio de planeación estratégica integral de la organización,
inspirado en criterios de RS/Sostenibilidad.
P3: Materialidad: parcialmente cumplible, como ejercicio formal y
académico, no como herramienta de toma de decisiones estratégicas.
P4: Exhaustividad: incumplible, toda vez que el ejercicio es totalmente
selectivo: se reporta lo que se encuentra, se calla sobre lo que no se halla.
P5: Equilibrio: incumplible, toda vez que se termina reportando sólo lo
positivo.
P6: Comparabilidad: incumplible, toda vez que en cada período se reporta
sobre un repertorio de asuntos y en el siguiente sobre otro repertorio ligera o
sustancialmente diferente.
P7: Precisión: parcialmente cumplible.
P8: Puntualidad: cumplible.
P9: Claridad: parcialmente cumplible.
P10: Fiabilidad: parcialmente cumplible.
En
resumen: 1 principio resulta cumplible, 5 los veo parcialmente cumplibles y los
restantes 4 definitivamente incumplibles. Precario balance.
En conclusión: si una memoria de sostenibilidad no es
producto del cierre de un ciclo de gestión organizacional anclado axiológica,
estratégica, metodológica y operacionalmente en los principios de la
responsabilidad social y el desarrollo sostenible, resulta ser sólo eso: gestos
de buena voluntad para la tribuna; es decir, una memoria sin recuerdos.