LOS MEDIOS AL SERVICIO DE LOS OLIGOPOLIOS
Un vergonzoso caso de censura a
la libertad de expresión, para proteger los intereses económicos de los grandes
oligopolios, acaba de ser resuelto positivamente por la Corte Suprema de
Justicia de Colombia.
Una prestigiosa organización sin
ánimo de lucro, llamada Red Papaz, que trabaja por la defensa de los derechos de
los niños, diseñó y quiso poner al aire, en horario infantil, un mensaje
televisivo de 30 segundos, tipo spot
publicitario, bajo el nombre “No comas más mentiras”, con el fin de prevenir en
los niños el consumo de comida chatarra (gaseosas, bebidas azucaradas, cereales, papas fritas y, en general, alimentos ultraprocesados).
Los canales privados de la
televisión colombiana Caracol TV y RCN TV se negaron categóricamente a
emitirlo, aduciendo falta de evidencia y soporte científicos, a pesar de ser un
mensaje pagado a tarifa comercial.
La organización Red Papaz interpuso una tutela que fue fallada a favor de ésta por un juzgado de primera
instancia; ante la apelación, fue fallada en segunda instancia por el tribunal;
y, ahora, seguramente bajo un proceso de revisión, acaba de ser nuevamente
fallada a favor por la Corte Suprema de Justicia. Este fallo obliga a los
canales mencionados a emitir dicho mensaje publicitario, sin restricción
alguna: en los horarios y frecuencias solicitados por Red Papaz y sin alteración
alguna de sus contenidos originales. Acá puede el lector apreciar el mensaje.
Lo que no informan los medios es
que el mismo dueño del canal RCN TV es el propietario de la mayor empresa de
gaseosas del país, al lado de Cocacola. Se trata del señor Carlos Ardila Lülle,
dueño del canal y de la embotelladora Postobón S. A., así como de al menos 5
organizaciones ligadas a la producción y comercialización de azúcar y de suministros
químicos para la industria de las gaseosas.
Es palmariamente obvio que un
mensaje televisivo como el censurado resulta en publicidad negativa para el
corazón de los negocios de este emporio empresarial del azúcar y las gaseosas.
No se trata, pues, de falta de evidencia científica, sino de censura abierta
para proteger los intereses económicos de un particular, poniéndolos por encima
del bienestar colectivo.
Pero, curiosamente, este mismo
canal le ofreció un despliegue publicitario de primer plano al lanzamiento y
comercialización de una nueva bebida azucarada, de nombre Kufu, que este grupo
empresarial empezó a comercializar entre los niños de las comunidades indígenas
de la Guajira colombiana durante el segundo semestre del año 2017. Como se
sabe, esta población no es consumidora de bebidas azucaradas comerciales y presenta alarmantes grados de desnutrición infantil. Se
consideran además como población vulnerable, calificativo que se magnifica en
su población infantil. Pues bien, bajo la fachada de una falsa causa social
(contribuir a la nutrición de los niños indígenas Wayú), esta organización lo
que hizo fue realmente promover el consumo de bebidas azucaradas en una
sociedad no consumidora. Ampliación de mercados, cruda y llanamente. El
concepto técnico emitido por la Sociedad Colombiana de Pediatría fue
contundente sobre las pretendidas propiedades nutricionales de este producto.
Dijo así, en su comunicado público: “no contiene los micronutrientes esenciales
como el calcio y el hierro para mejorar la nutrición infantil en esta región”.
Y remató con total contundencia: “Vemos con gran preocupación que se lancen
bebidas como estas, que se presentan como contribuciones a la seguridad
alimentaria, por parte de industrias con intereses en promover el consumo de
bebidas consideradas no saludables”. Lo llamativo es que este tipo de
iniciativas se enmarquen dentro del llamado “plan estratégico de
responsabilidad social” de esta organización. ¡Sin comentarios!
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