martes, 9 de abril de 2019


LOS MEDIOS AL SERVICIO DE LOS OLIGOPOLIOS

Un vergonzoso caso de censura a la libertad de expresión, para proteger los intereses económicos de los grandes oligopolios, acaba de ser resuelto positivamente por la Corte Suprema de Justicia de Colombia.

Una prestigiosa organización sin ánimo de lucro, llamada Red Papaz, que trabaja por la defensa de los derechos de los niños, diseñó y quiso poner al aire, en horario infantil, un mensaje televisivo de 30 segundos, tipo spot publicitario, bajo el nombre “No comas más mentiras”, con el fin de prevenir en los niños el consumo de comida chatarra (gaseosas, bebidas azucaradas, cereales, papas fritas y, en general, alimentos ultraprocesados).

Los canales privados de la televisión colombiana Caracol TV y RCN TV se negaron categóricamente a emitirlo, aduciendo falta de evidencia y soporte científicos, a pesar de ser un mensaje pagado a tarifa comercial.

La organización Red Papaz interpuso una tutela que fue fallada a favor de ésta por un juzgado de primera instancia; ante la apelación, fue fallada en segunda instancia por el tribunal; y, ahora, seguramente bajo un proceso de revisión, acaba de ser nuevamente fallada a favor por la Corte Suprema de Justicia. Este fallo obliga a los canales mencionados a emitir dicho mensaje publicitario, sin restricción alguna: en los horarios y frecuencias solicitados por Red Papaz y sin alteración alguna de sus contenidos originales. Acá puede el lector apreciar el mensaje.

Lo que no informan los medios es que el mismo dueño del canal RCN TV es el propietario de la mayor empresa de gaseosas del país, al lado de Cocacola. Se trata del señor Carlos Ardila Lülle, dueño del canal y de la embotelladora Postobón S. A., así como de al menos 5 organizaciones ligadas a la producción y comercialización de azúcar y de suministros químicos para la industria de las gaseosas.

Es palmariamente obvio que un mensaje televisivo como el censurado resulta en publicidad negativa para el corazón de los negocios de este emporio empresarial del azúcar y las gaseosas. No se trata, pues, de falta de evidencia científica, sino de censura abierta para proteger los intereses económicos de un particular, poniéndolos por encima del bienestar colectivo.

Pero, curiosamente, este mismo canal le ofreció un despliegue publicitario de primer plano al lanzamiento y comercialización de una nueva bebida azucarada, de nombre Kufu, que este grupo empresarial empezó a comercializar entre los niños de las comunidades indígenas de la Guajira colombiana durante el segundo semestre del año 2017. Como se sabe, esta población no es consumidora de bebidas azucaradas comerciales y presenta alarmantes grados de desnutrición infantil. Se consideran además como población vulnerable, calificativo que se magnifica en su población infantil. Pues bien, bajo la fachada de una falsa causa social (contribuir a la nutrición de los niños indígenas Wayú), esta organización lo que hizo fue realmente promover el consumo de bebidas azucaradas en una sociedad no consumidora. Ampliación de mercados, cruda y llanamente. El concepto técnico emitido por la Sociedad Colombiana de Pediatría fue contundente sobre las pretendidas propiedades nutricionales de este producto. Dijo así, en su comunicado público: “no contiene los micronutrientes esenciales como el calcio y el hierro para mejorar la nutrición infantil en esta región”. Y remató con total contundencia: “Vemos con gran preocupación que se lancen bebidas como estas, que se presentan como contribuciones a la seguridad alimentaria, por parte de industrias con intereses en promover el consumo de bebidas consideradas no saludables”. Lo llamativo es que este tipo de iniciativas se enmarquen dentro del llamado “plan estratégico de responsabilidad social” de esta organización. ¡Sin comentarios!

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