Acabo de visitar una tienda veterinaria, en busca de un medicamento antipulgas para mis mascotas, y quiero compartir la experiencia con mis lectores. En la Foto No. 1 podemos ver, en tres pasos, mi experiencia como consumidor:
- Segundo paso: un empaque flexible de aluminio, dudosamente necesario, de 12x4 cms.
- Tercer paso: un empaque colapsible de 4.5 cms. de alto, con un contenido de 0.4 ml (¡un 0.11% del empaque original!).
Foto No. 2
El contraste entre el valor percibido y el valor recibido es sencillamente dramático, ¿no les parece? Observe la Foto No. 2, si tiene alguna duda. Y se trata de una compañía altamente posicionada en el mercado, como lo es Bayer. Agreguemos, para finalizar, que el contenido real del producto sólo se informa en la contracarátula del empaque principal y en letra de tamaño absolutamente diminuto, como puede verse en la Foto No. 3.
Foto No. 3
Y así ocurre con todo: productos de aseo, tecnológicos, alimentos, etc. ¿Es necesaria tanta farsa, para poner en manos del consumidor una solución, de bienestar para sus mascotas en este caso? ¿Y eso, en caso de que realmente funcione y no resulte ser otro costoso placebo más?
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