domingo, 3 de julio de 2011

MANO BLANDA EN COLOMBIA FRENTE A LAS BOLSAS DE LOS SUPERMERCADOS

¿Sabía usted que una bolsa polietileno, de esas que le brindan en los supermercados, tiene una vida útil estimada de 20 minutos, pero que su ciclo de vida, es decir, el tiempo que tardará en reintegrarse a la naturaleza, es de 400 años? ¿Y que, mientras esa reintegración ocurra, esa bolsa habrá infestado cuerpos de agua, montañas, espacios urbanos, haciendo la vida imposible para muchos organismos vivos e interfiriendo con innumerables ciclos naturales que soportan el equilibrio ambiental?

Con bastante falacia, los supermercados nos han estado ofreciendo bolsas “oxibiodegradables” que están siendo fabricadas a partir de un aditivo oxireductor que, en condiciones ideales de laboratorio, reduce el tiempo de reintegración a la naturaleza. Pero ya está demostrado que, en las condiciones reales de disposición de residuos vigentes en nuestra sociedad, eso NO FUNCIONA.

Por esa razón, es que observamos cómo cada vez más ciudades y países han establecido plazos perentorios para que las bolsas de polietileno de los supermercados desaparezcan. Una pequeña lista de esas ciudades y países que penalizan o prohíben su uso incluye a: San Francisco, Irlanda, Buenos Aires, Bangladesh, China, Rwanda, Israel, Canadá, India del Oeste, Botswana, Kenya, Tanzania, África del Sur, Taiwán, Singapur,…

Curiosamente, en Colombia, es tal el poder de lobbying que tienen los actores del oligopolio de los supermercados, que la Secretaría del Ambiente de la ciudad de Bogotá acaba de “negociar” con ellos un plan de reducción en el uso de bolsas de un irrisorio 30% a 40%, en los tamaños pequeño y mediano, en los próximos 3 años. Y ya se ahogó la primera iniciativa parlamentaria, presentada en el año 2008, que sí buscaba una solución de raíz y a nivel nacional. ¿Podremos continuar enfrentando los desafíos medioambientales con tanta tibieza? Me temo que no y Colombia empieza así a rezagarse desafortunadamente en el contexto mundial.

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