Están de moda, en la antesala de la reunión del G-20, y producto de la gran crisis económica, los llamados paraísos fiscales. Esa docena de territorios que, en el mundo, han sido reconocidos por ser santuarios para capitales oscuros, tránsfugas y evasivos. Siempre se han caracterizado por el secreto bancario, por la anomia que ofrecen al visitante, por la flexibilidad en regulaciones y controles, por la casi inexistencia de cargas sociales y fiscales, etc.
Seguramente los representantes del G-20 produzcan algunas iniciativas que lleven a moderar su laxitud. Dudo que haya hoy la voluntad política para ponerlos contra el paredón.
Pero valdría la ocasión para poner sobre la palestra un tema más áspero y extenso, aunque relacionado. Yo lo denominaría con el nombre de PARAÍSOS ÉTICOS. Y los podríamos fácilmente identificar por sus características básicas:
- Baja regulación frente a temas asociados a la vida: células madre, aborto, “úteros en alquiler”, manipulación de embriones, clonación, la experimentación genética, y ese largo etcétera que la biotecnología está poniendo a nuestro alcance.
- Baja regulación frente a desechos nucleares.
- Baja regulación frente al trabajo infantil.
- Baja regulación frente a la trata de personas.
- Baja regulación frente a la propiedad intelectual.
- Baja regulación frente a los derechos humanos y laborales.
Estos mercados se convierten, sin que lo notemos, en polos de destino de los grandes capitales, en las fronteras de expansión de multinacionales inescrupulosas, que encuentran en ellos espacios propicios para medrar fácilmente, a sabiendas de que en sus países de origen no lo podrían hacer. ¿CUÁNDO ENFRENTAREMOS LA REALIDAD DE LOS PARAÍSOS ÉTICOS COMO CÁNCER DEL MUNDO MODERNO?
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1 comentario:
Hola,
Desconocía que la magnitud de esto exigiera empezar a considerar el uso del termino "Paraísos éticos". ¿Que ejemplos de paraisos éticos podemos encontrar en el mundo?
espero pueda atender mi inquietud.
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