sábado, 3 de abril de 2010

LA MEGA: UN OBJETIVO ORGANIZACIONAL POBRE Y EMPOBRECEDOR

Hizo carrera, en los últimos años, por lo menos en el medio organizacional latinoamericano, que costosos consultores le ayudaran a las organizaciones a formular su MEGA (Meta Grande y Ambiciosa), algo así como el Santo Grial del éxito organizacional. Y digamos que la MEGA, en cierta forma, vino a desplazar los anteriores ejercicios de definición de las VISIONES organizacionales o, para quienes usan dicha metodología, los ejercicios de ESCENARIOS FUTURIBLES. Yo albergo las MÁS SERIAS DUDAS sobre esta nueva práctica gerencial y quiero compartirlas con mis lectores.

¿Qué es una MEGA?

Digamos, para comenzar, que una MEGA es UNA CIFRA DE RESULTADOS: escueta, fría, cuantitativa, ambiciosa como lo dice el mismo acrónimo. Un ejemplo puede ilustrar mejor el asunto. Tomemos el caso de una muy apreciada empresa latinoamericana de hidrocarburos. Así se define su MEGA para el septenio 2008-15:

UPSTREAM (del “brote” de petróleo hacia atrás)
1. Producir un millón de barriles de petróleo equivalente.
2. Adicionar 390 Mbpe (Millones de Barriles de Petróleo Equivalente) de nuevas reservas.
3. Reservas en producción de 190 Mbpe.
4. Comprar 80 (Mbpe) en reservas.

DOWNSTREAM (del “brote” de petróleo hacia adelante)
1. Ventas de 1.100 GTBUD (Giga BTU por día).
2. Capacidad de refinación de 650 (KBD).
3. Petroquímica 2.700 (KTA).
4. Transporte: ingresos por operación en nuevos negocios por 80 (MUSD).
5. Diversificación energética: ventas de biocombustibles por 450 (KTA).

Como puede observar el lector, en una MEGA sólo caben objetivos cuantitativos y economicistas. Ningún espacio para lo social ni para lo ambiental. Y no digamos que los biocombustibles responden a estos últimos imperativos del desarrollo pues, aunque no es el espacio ni el momento para entrar en la polémica, los hechos ya han evidenciado que son una respuesta equivocada al problema. Pero, para mantener el foco de la cuestión, voy a formular ahora otras preguntas.

Preguntas para el debate

1. ¿Son capaces estas cifras, cualesquiera cifras que usted desee expresar, de entusiasmar a una colectividad humana? Entusiasmar significa despertar pasión, generar compromiso, producir un significado relevante en las vidas de un colectivo humano. ¡En absoluto! Todo hallazgo de la sicología social se opone a semejante despropósito.

2. ¿Puede una cifra resumir la gestión de una organización en un período de tiempo considerable y el papel de dicha organización en la sociedad en la cual opera? ¡En absoluto! Sería como resumir el avance de la civilización en el crecimiento del PIB. ¡Una barbaridad que ya afortunadamente se está revaluando seriamente en el mundo! Sin embargo, compensamos, reconocemos, ascendemos, castigamos y VALORAMOS a los ejecutivos por el nivel de cumplimiento de su MEGA. ¡Vaya simplismo economicista en el que hemos venido a caer entonces!

3. ¿Es DESARROLLO el simple CRECIMIENTO cuantitativo? Ahora sabemos con total certidumbre que no. Incluso sabemos que puede haber desarrollo sin crecimiento, afirmación que enerva la actitud de más de un economista de vieja escuela. Pero seguimos alentando, posicionando, premiando, reconociendo y blindando esta falsa hipótesis del desarrollo basada en el crecimiento de las variables cuantitativas.

4. Y una pregunta final: ¿Puede el fin, el qué, la MEGA, imponerse como prioridad por encima de los medios, las razones, los paraqués, los cómos? Es una sencilla pregunta ética que nos recuerda que los negocios estarán en la dirección incorrecta en cada frase, en cada enunciado, en cada decisión,… cada vez que privilegien los fines sobre los medios.

Y una observación final resulta necesaria. No me opongo a fijar metas cuantitativas en absoluto. Son necesarias, por supuesto, y yo mismo las uso. Agradezco a esta respetada petrolera latinoamericana el permitirme usar sus cifras que, igual, podría haber usado las de cualquier otra organización. Mi posición es contraria, no a las metas en sí, sino al ROL ABSOLUTISTA que les estamos asignando en la conducción de las organizaciones. En conclusión: conducir a las organizaciones con base en MEGAS es un modelo norteamericano de gerencia que ha demostrado ya, de manera contundente, su absoluta eficacia para producir crisis recurrentes y sistémicas en las sociedades: para socializar pérdidas, para enriquecer a unos pocos, para agudizar las asimetrías globales del desarrollo. Por tal motivo, pienso que constituyen un objetivo organizacional pobre y empobrecedor, que respetuosamente invito a revaluar con sentido de urgencia.

No hay comentarios: